Julio conversa en julio

Han pasado algunos años desde que recuerdo haberte visto, estabas tan triste y solo. Llevabas en una de tus manos, un bolso pequeño con ropa deportiva, en tu espalda cargabas mucho más que una simple mochila, ese peso te perjudicó tanto y tanto que en algún momento tenías que explotar.

Cuando llegó ese día no pude hacer nada por evitarlo, tu sufrimiento fue inmenso, la impotencia al no poder consolarte y ni siquiera tratar de calmar tu llanto con un abrazo fraternal, me permite reflexionar sobre lo que somos hoy en día.

Ahora has crecido y te denominan un “grande” más, pero en tu interior sigues siendo el mismo niño inseguro de siempre. Los demás no lo pueden ver, porque sólo tú sabes la verdad de todo tu universo, te rodean y pululan sonriendo siempre junto a ti…

…Después de todo, nunca es malo aceptar otras visiones -de universos lejanos- para tratar de comprender otros mundos desconocidos.

“Me hubiera gustado saber que estabas pensando en mí en ese entonces, sólo deseaba una tierna mirada, algo que me hiciera vivir un poco mejor, una motivación para sentir que la vida valía la pena”.