jueves, 24 de mayo de 2007

Viaje Invisible – Tibia Noche

Velozmente mi estrella rapta mis cavilaciones, si estamos conectados, es mi única compañía. A veces suelo recordar el gentío a mi alrededor, no se trata de añoranzas, simplemente resultaron ser un mal necesario.

Puedo ver desde la estela que deja mi estrella, el desierto en su real magnitud. De lejos la tierra es mucho más hermosa, miles de estrellas adornan la tibia noche que me saluda en su brisa incondicional, no puedo pedir más, nunca antes me había sentido tan libre y relajado, la noche es luminosa desde esta perspectiva.

Un escueto movimiento de mi brazo derecho, me recuerda la foto en mi bolsillo, luego sosteniéndola en mi mano, me concentro en cada uno de aquellos rostros felices, a excepción del tuyo. El viento caluroso de esta noche me hizo un grato favor arrebatándome aquel fugaz recuerdo de tu imagen, ni siquiera intenté alcanzarla, ya es parte de todo lo que he dejado. Estaremos todos juntos, inmersos en el insondable mar de arena en constante movimiento de este desierto.

Sin esa carga en mí, cierro los ojos, reposa mi cabeza sostenida por la nuca entre mis brazos, mientras la estrella me cubre con su luz, protegiéndome de todo el inmenso calor que ahora siento.

sábado, 5 de mayo de 2007

Viaje Invisible - Desierto Incierto

Este viaje continúa, ¿Hacia dónde va?, no lo sé con exactitud, a veces pienso que lo estoy guiando, pero otras tantas vislumbro -de manera inconsciente- que sólo me estoy dejando llevar. Cuando tienes la fría certeza de haberlo perdido todo a voluntad.

De aquel sueño ya desperté, o si era ilusión, ya no lo es. Después de la lluvia viene la calma dicen los antiguos escritos o creencias, y después de la calma qué vendrá…

Esta vez, la luz estelar hizo surgir mi propia soledad, al compartirla con este hermoso y triste desierto, está anocheciendo y las siluetas de dunas sombreadas me permiten distinguir extrañas formas, por un momento detengo ese análisis y me doy cuenta que nuevamente busco explicaciones en cosas que no lo necesitan. Me dispongo a disfrutar esta visión, sin rastros de espejismos, ni aves rapaces en busca de algún corazón moribundo y agonizante.

Comienzan a resplandecer las estrellas… comienzo a sentirme cada vez más solo… en la incertidumbre desértica.