jueves, 14 de diciembre de 2006

Lo Desconocido


Voy a hacer un alto en las típicas entregas del blog para relatar una experiencia nueva para mí…

Todos los seres humanos a lo largo de la vida hacemos cosas, pasamos por situaciones o “ritos” que nos aportan la experiencia necesaria para seguir adelante y afrontar las posibles situaciones semejantes en el futuro.

Hoy fui a la cárcel de San Miguel acompañado del amigo Nico (en plan de Abogado tipo Super Agente 86 n_n), con mi ultrasupermegaconfianza depositada en dicho representante legal, entré junto a él hasta que el gendarme me pregunta: “¿Don Julio es usted también abogado o procurador? Y yo balbucié: “Mmmmm…eeh…mmmm…No!”; pues entonces la entrada de las visitas es por el otro portón… ¡¡¡Guateamos Heavy!!!… hasta ahí no más llegó la superultramegaconfianza que faltó depositarla también en mí, pero qué más da si sólo soy un pobre mortal con cero conocimiento de este mundo legal-procesal.

Igualito como aquellos célebres capítulos de Saint Seiya ante las doce casas del zodíaco, nos debíamos separar para visitar a un amigo de mi familia, Nico en la parte legal y yo en la parte afectiva, así tuvimos que seguir caminos diferentes pero sin mirar atrás…sí, eso es muy japonés, lo admito. Uy! al quedar sólo ante lo desconocido empezó mi temor, ese inexplicable miedo de sentir que nada es familiar, ni las conversaciones con gente uniformada, ni el lugar, ni nada de nada.

En todo caso debo admitir que pasado ya el trámite, no es tan terrible, o sea todo es diferente me sentía demasiado observado a cada momento, te piden el carné, te revisan lo que llevas en los bolsillos (menos mal que no llevé muchas cosas), te timbran la muñeca, y tienes que pasar por unos pasillos largos y fríos; lo que si es incómodo, es el visitar a alguien desde otra perspectiva de las cosas, la tristeza, la suciedad, la pobreza y no me refiero a la humildad material sino más bien a la escasez de los denominados “buenos sentimientos”.

En fin, espero que este viaje haya servido y que mi amigo con su frase “como te ven te tratan Julio” pueda hacer algo para ayudar a esta persona que valoramos mucho y que por cosas del destino se encuentra en ese lugar.

3 comentarios:

Nico dijo...

Migo, tengo que reconocer que iba con un miedo atroz (tu cachai, el miedo a lo desconocido). Igual era mi primera vez en la cárcel. Ahí caché que nunca hay que decir nunca, pues yo mismito me dije: Yo nunca voy a ir a la cárcel y ahí tenemos los resultados.
En todo caso, todo sirve para este pobre abogado en potencia.
Vamos a ver que se puede hacer. Pero de manos cruzadas no nos quedamos.
En todo caso ud. querido lector, si quiere saber como es el lado A de la cárcel, mi blog lo espera.

Anónimo dijo...

Que susto..
gente opaca, que perdio toda expectativa de vida, que solo se digan a seguir respirando..
a seguir pensando.. a seguir aumentando su rencor.

No me gustan las carceles... (a kien si), y no me gustan la personas de las carceles... de alguna manera se contagian el cancer... ese del alma.

Por mas que se intente poner resistencia al ambiente, impermeabilizarse, tarde o temprano termina uno cayendo en este abismo crudo y sin retorno.

SpookyMulder dijo...

Hola estimado!!, no había podido leer tus relatos. El trabajo me tiene más "copao" que la U... gracias por acordarte de mi siempre :D

En cuanto a lo que escribiste; sé que estár ahí es terrible... he conocido a personas que injustamente han tenido que pasar por tratos vejatorios y anti-humanos sin merecerlo. Aún así no hay que olvidar lo necesario que es en casos en que de una u otra forma, el trato y esa "dignidad a sólo respirar", sean merecidos.


Salu2!