miércoles, 14 de marzo de 2007

Viaje Invisible - Génesis


Es día miércoles, siempre los he odiado, me molestan las cosas intermedias en todo sentido -la mitad de los días hábiles sobre todo- no me conforma estar en medio, pero ese siempre ha sido mi destino. Realizo una enfermiza rutina sagrada que agobia mi ser, mi sentir. Ruido. Las personas suelen ser malvadas, comentarios maliciosos, miradas voyeristas que siempre están encima de uno, oídos que esperan y capturan todo tipo de información. Estoy aburrido de todo esto, del mundo en general, de mi vida. He tomado una decisión, el próximo miércoles terminaré con todo esto, buen día para tratar de espantar el odio.

Vivo en un séptimo piso, la vista desde aquí es agradable, no hay edificios alrededor así que puedo ver las luces de la ciudad cuando anochece y se calman las cosas. Estoy solo, desde que decidimos dejarnos mutuamente. La tristeza embarga la pequeña habitación que mantengo en penumbras.

Los días pasan rápido, pero cuando uno ha fijado fechas o planes específicos, parecen nunca avanzar y la ansiedad comienza a nublar mi entendimiento. Ya nadie me habla, por lo mismo es recurrente el escuchar voces que gritan mi nombre continuamente, trato de buscarlas queriendo sentir algo de preocupación en otros. La imaginación llegar a ser por momentos muy poderosa y cruel.

Voy a emprender un viaje, como nadie me ve es como si ya no existiera, por lo tanto seré un viajero invisible, dejaré todo listo antes de mañana (miércoles), no tengo nada que empacar más que unos pocos recuerdos. Se avecina la noche, estoy apoyado en el marco de la ventana observando como brotan las estrellas en el firmamento. Una lágrima rueda sobre la pálida mejilla. Me recuesto en la cama para intentar dormir.

Amanece. Ha llegado el momento, presenté mi renuncia a los diferentes gobernantes que trataron de regir alguna vez mi imperceptible vida, ordené y eliminé todo rastro de información o evidencia que delatase mi identidad como parte de este mundo. Ya nada soy, y a nadie parece preocuparle. Desde hace mucho que nada soy…

“… Es día miércoles, he terminado de hacer lo que estaba dispuesto en mi rutinaria vida. Silencio. Los pensamientos se conectan con mi espíritu y en ese diálogo interno algo sucede, es inquietante e incluso incómodo. Por un instante no existo…”