viernes, 29 de septiembre de 2006

:::::Comienza el Recorrido:::::


Al poner los pies en la tierra, al dar los primeros pasos, existe un apoyo incondicional y todo se dispone de tal forma que resulta perfecto este nuevo aprendizaje. Con el transcurso del tiempo inevitablemente ese apoyo se desvanece, en el proceso los pasos comienzan a ser seguros dependiendo de nuestro propio valor y entereza.

¿Cuántos caminos hemos emprendido a lo largo de nuestra vida?
¿Cuántos senderos nos faltarán por visitar?

Las respuestas son demasiado personales y disímiles entre sí, como para intentar hacer un paralelo, lo cierto es que en el camino nos encontramos con otros seres que viajan por sus propios senderos, hasta que los caminos se entrecruzan y se comparten vivencias o conocimientos que enriquecen nuestra existencia. Se crean lazos, los sentimientos no se equivocan, cuando nos aferramos a este nuevo sentir es cuando nos damos cuenta que, tal vez, la protección de antaño es añorada en cada paso que nos proponemos, y es difícil alejarse de lo que nos hace bien, es una gran prueba –como todo en la vida- pero sin necesidad de calificaciones, ya que cada uno sabe lo que le hace bien.

La incertidumbre está siempre presente, las dudas comienzan al aproximar nuestros pasos hacia lo desconocido, y está bien sentir miedo, es parte del recorrido, así como también lo es la oscuridad.

Proceso de cambios, sin temor al inesperado futuro, las cosas ocurren cuando uno menos las espera, y sin necesidad de esperar o buscar, es cuando suceden cosas mágicas e inimaginables…Tranquilidad y Armonía ante todo.

¿Quién sabe dónde terminará este camino?

:::::Sigue el Recorrido:::::Pero ahora vienes conmigo:::::